Domaine zafeirakis

TAMBIÉN CONOCIDO COMO «EL HOMBRE LIMNIONA»

¿Y si te pones como objetivo recuperar una variedad extinguida hasta convertirlo en tu motivo existencial como bodega?

¿Y si te dedicas a estudiar todos los detalles de tu terroir y dejas que esto se convierta en la identidad de cada botella?

¿Y si aceptas que cada año es diferente y te adaptas a sus peculiaridades?


¿Qué hace aquí una pareja joven un domingo de agosto a las 12 del mediodía, en vez de estar en la playa? – Nos preguntó Christos la primera vez que visitamos la bodega.

Christos es la cuarta generación de Domaine Zafeirakis, una bodega familiar situada en Tyrnavos, en la región de Tesalía. Enólogo de formación y viticultor por tradición, es sin duda el principal responsable de la recuperación de una variedad autóctona casi extinguida, nuestra querida limniona.

La limniona es una variedad que se había cultivado durante muchos siglos en la zona de Tesalía y se vinificaba popularmente junto con otras 8 variedades griegas. Tras la filoxera quedó olvidada y llegó casi al punto de extinguirse. Christos apostó a inicios de 2000 por volver a plantarla y en 2007 se embotelló en Domaine Zafeirakis el primer monovarietal de esta variedad.

A medida que los viñedos ganan en edad, Zafeirakis gana en experiencia y en conocimiento de la variedad. Como a él le gusta decir, la limniona y él han crecido y siguen creciendo juntos. Sus aspiraciones por esta variedad son tales que no cree que tenga suficiente con una sola vida para completar todo lo que quiere hacer con ella.

Esta variedad está completamente en armonía con el terreno que le rodea. Es una variedad que madura de forma muy lenta, así que los períodos largos de calor de la zona de Tyrnavos le permiten desarrollarse aromáticamente, mientras su piel gruesa le ayuda a mantener buenas acideces y la protege de la deshidratación, ya que las cepas de limniona no se riegan nunca.

Por ello Christos ha dado siempre máxima importancia a dos puntos clave en cuanto al factor humano en la viticultura: el conocimiento profundo del terroir y saber observar cómo evolucionan las condiciones meteorológicas del entorno para tomar las decisiones adecuadas en el viñedo para ese año concreto.

«Cada año es como volver a repartir la baraja desde el principio»

A nivel de resultado, para Christos un vino no debe ser sólo diferente, sino que debe tener un sentido, y ese sentido se lo da la tierra año tras año. Para él una botella de vino debe capturar los 365 días de la biografía de un año, pero debe tener también una identidad, y esa identidad sólo puede aportarla el terroir. Según él, cada viña tiene un carácter, y su deber como viticultor es mostrarlo a través de sus vinos.

Existe sólo un secreto; este secreto está en la tierra y yo no lo conozco. Todo lo demás ya está escrito

En las 44 Ha de viñedos se hace viticultura orgánica desde 2005, y desde hace aproximadamente tres años se hace además cultivo biodinámico, que pronto estará certificado. Tener unos viñedos en armonía con el entorno, y por tanto una uva sana, permite que todos los vinos puedan fermentar de forma espontánea, un punto muy importante para Christos ya que considera que es la mejor manera de conseguir la máxima complejidad aromática de cualquier variedad.

En definitiva, y después de todos estos años, sus vinos demuestran una trayectoria de aprendizaje muy trabajada. Sin embargo, según él su relación con la limniona está todavía en el comienzo.

#WAITFORLIMNIONA

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