KAMARA ESTATE

Kamara es la bodega familiar por excelencia y es el proyecto vital y afición compartida de los Kioutsoukis, tanto de los padres Dimitris y Elevtheria como de sus cinco hijos.

A Dimitris y a Elevtheria les conocimos en la feria RAW de Berlín del año pasado. Aunque sus vinos nos gustaban especialmente y estábamos convencidos de que queríamos llevarlos a España, lo cierto es que durante la feria no tuvimos la oportunidad de conocerles bien y disfrutar de la experiencia de vivirlos en su territorio. Es exactamente así, puesto que nuestra visita a su bodega unos meses más tarde se convirtió a una experiencia con todas las letras.

De un momento a otro nos encontramos dentro de su núcleo familiar, interactuando con unas personas llenas de energía, pasión por su trabajo e ilusión por su día a día. Recibimos aludes de información, desde las ferias en las que participan por toda Europa, hasta los detalles de la poda de sus viñedos, pasando por los maridajes que sueñan para sus vinos, las particularidades del paisaje que les rodea, las microvinificaciones experimentales con variedades prácticamente desconocidas, las técnicas tradicionales que aplican en cada viñedo concreto y su mágico invernadero.

Después de un largo paseo por sus viñedos y una cata en su bodega, nuestra visita no podría haber acabado diferente de cómo acaban en general las visitas a Grecia: entablados ante una buena comida improvisada acompañada de maravillosos vinos de todos los colores imaginables.

Dimitris como ingeniero químico y Stavroula (hija) como ingeniera agrónoma y enóloga se encargan de la elaboración de los vinos. Todos juntos cuidan las 11 Ha de viñedos situados en Kilkís, en el norte de Grecia, cerca de Tesalónica. Stavroula también dibuja las etiquetas con ideas de toda la familia.

Su identidad como bodega va estrechamente ligada a la pasión y respeto por la naturaleza que comparten todos los miembros de la familia, y como consecuencia elaboran sus vinos de la forma más artesana posible. Dimitris perseguía el verdadero gusto de la naturaleza, que había aprendido de su abuelo, y por eso los vinos se elaboran de una manera tradicional para no impactar ni estropear el carácter del vino: sin levaduras añadidas, madurado sobre las propias lías, sin filtrar y con madera bien integrada utilizando sólo barricas viejas y ánforas. Utilizan equipos modernos de vinificación sólo para controlar y apoyar (si es necesario) la naturaleza del ciclo vinícola.

Las variedades griegas con las que trabajan son assyrtiko, malagouziá, roditis, muscat, moschofílero, xinómavro y limnió. 

Su entorno es privilegiado, ya que muchos kilómetros a la redonda son bosques y llanuras prácticamente vírgenes. Gracias a ello el ecosistema es rico en fauna y flora, armónico y libre de cualquier tipo de sustancias químicas de cultivos vecinos. Una característica de la zona es que un viento constante sopla todo el año y airea los viñedos para evitar enfermedades.

Todos los viñedos se cultivan de forma natural, con métodos tradicionales y en buena parte olvidados. Tienen certificado ecológico y también aplican métodos biodinámicos. Todos los preparados herbáceos necesarios se elaboran con ingredientes que recolectan ellos mismos en torno a los viñedos. En definitiva, su objetivo es vivir y producir según los principios de la permacultura.