SIFLOGO

Siflogo es una pequeña bodega familiar situada en el pueblo de Platystoma en medio de la parte montañosa de la isla de Lefkada, en el mar Jónico. Fundada en 1994 por Dionysis y Maria Papanikolopoulos, cuenta ahora también con la total dedicación de su hijo Vassilis.

Maestro de profesión y poeta de afición, Dionysis tenía una estima especial por las cepas familiares de la variedad autóctona vertzamí y por la viticultura tradicional, tal y como le predestinaba su nombre. Esta estima le llevó en su tiempo libre al cuidado de las pocas cepas que quedaban en la isla, y gracias a su esfuerzo se puede decir hoy que esta variedad se ha recuperado. Esta variedad es la que se enviaba a Francia para dar color a sus vinos durante la filoxera.

Asimismo lo ha hecho posteriormente con otras tres variedades autóctonas y únicas en la isla de Lefkada, con las que se elaboran en la actualidad todos sus vinos. Además de vertzamí, trabajan entre otros con vardea, chlori y mavropatrinó, siendo esta última una variedad naturalmente rosada y muy especial, ya que madura en racimos bicolor.

La filosofía de la bodega pues viene marcada desde el inicio por el propio Dionysis: variedades autóctonas, viticultura orgánica (certificada), sin cualquier sustancia química y vinificación tradicional, sin intervención alguna para corregir características organolépticas.

Desde Siflogo se realiza un trabajo admirable para cuidar cada una de estas variedades en un terreno especialmente difícil. Las casi 2 Ha de viñedo son en pendiente y en terrazas rocosas con grandes desniveles, a unos 500 metros de altura y en un clima en el que dominan la niebla y la lluvia durante gran parte del año.

La inaccesibilidad de sus parcelas, sin embargo, comporta que el suelo nunca haya sido regado, ni tratado con herbicidas ni pesticidas, ni se viera nunca afectado por la filoxera. Estamos hablando pues de viñedos con pie franco, con un rendimiento bajo y con una uva de una calidad excepcional cargada de expresión y carácter.

Los vinos de Siflogo son, en definitiva, la expresión más pura de la fruta. Unos vinos ligados a la tradición y al patrimonio cultural de la isla.

La palabra “siflogo”, escogida por el mismo maestro, es una palabra local que designa un punto de confluencia de todas las llamas, un punto de donde nace una pasión flamante, y es sinónimo de excitación. Nosotros tuvimos sentimientos parecidos durante toda nuestra visita, desde la primera cata directa del depósito dentro de la bodega subterránea en forma de cueva hasta más tarde, durante nuestra visita a los viñedos y la segunda «cata» de vardea que duró cerca de dos horas, junto al el señor Dionysis y a Vassilis en la casita construida por el propio Dionysis durante la pandemia.