Una de las variedades blancas más carismáticas de Grecia es la uva Roditis Alepou, aunque hoy en día parece que esto sea todavía un secreto que hay que guardar.
Cuando hablamos de Roditis, la primera asociación suele ser con una uva altamente extendida a lo largo de todo el territorio, muy productiva, resistente a la sequía y en consecuencia perfecta para coupage y sin ningún interés particular para ser vinificada sola. Además, en particular en la región de Ática, que es la provincia en la que se encuentra la ciudad de Atenas, esta uva se cultiva en grandes cantidades y se usa posteriormente para hacer el vino base empleado en la elaboración de Retsinas de baja calidad y en cantidades industriales.
Es lógico pues que de entrada se dude de la calidad de una botella etiquedada como monovarietal de Roditis. Pero en realidad existen muchísimos clonos de esta uva, uno de los cuales destaca por su interés enológico, demostrado ampliamente en el trabajo de muchas bodegas a lo largo de los últimos años.
A diferencia de su conocida hermana, la Roditis Clásica, originaria del Peloponeso y menos expresiva, la uva Roditis Alepou crece en zonas montañosas tanto del Pelononeso como del norte de Grecia, donde nos muestra su cara más mineral y estructurada.
Con grano más pequeño que la Roditis Clásica y adaptada a terrenos con más altura, nos da de forma natural un rendimiento menor, lo que significa más concentración, mayor ratio de piel por litro de zumo, y en consecuencia más presencia de taninos, más textura y mayor complejidad aromática.
Cuando madura su piel adquiere un bonito color anaranjado que le da nombre a la variedad, ya que en griego «alepou» (αλεπού) significa «zorro»🦊
La puedes descubrir a través de varios de nuestros vinos blancos, como el Roditis Alepou de la bodega Tatsis, o el Roditis Orange de la bodega Tetramythos
